Me he despertado pensando cómo las nuevas tecnologías se han ido apoderando de mis sentidos. Puedo observar, escuchar e incluso sentir a través de una línea de adsl. Había leído hacía tiempo que existen dispositivos digitales que te permiten incluso oler. Quizás alguien esté desarrollando, en este mismo momento, alguna interfaz para sentir los besos. Seguramente, en pocos años, en vez de levantarme y actualizar un blog, me despertaré, alargaré la mano y tocaré la mano de quien me apetezca aunque estemos a millones de kms de distancia...
¿Quiero yo eso? Renunciar a la espera, la expectación, la incertidumbre, la imposibilidad, la lejanía, estar perdido y encontrarse, buscar sin llegar a nada, quedarte sordo...
Os traigo una historia de cómo podrían ser nuestros sentidos digitales. Había visto a este tipo una noche en el programa de Buenafuente. Una de esas personas que se te quedan grabadas. Se llama Neil Harbisson y es el primer ser humano al que reconocen como cyborg: una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos mecánicos, que le permiten mejorar las capacidades de su parte orgánica. Es una versión humana de una especie de Terminator.
Neil padece acromatopsia, ve en blanco y negro. Así que ha diseñado una diadema que lleva siempre en la cabeza, de la que pende una cámara conectada a un ordenador portátil. Un programa le traduce los colores en notas musicales y así puede escuchar en tiempo real todos los colores que de otra manera no percibiría. Cada nota musical es una tonalidad de color. Podéis visitar su web, que es muy interesante, y descubrir un poco el mundo de un cyborg sonocromático, como se define él mismo.
Es alucinante comprobar cómo la tecnología puede sustituir un sentido por otro. De alguna manera, uno se siente aliviado, pero también alarmado... ¿Cuál es el futuro de nuestros sentidos? ¿De qué manera el desarrollo tecnológico puede alterar, mutar e incluso sustituir nuestra experiencia sensorial del mundo físico?.
En la entrevista de Buenafuente, Neil explicaba que su sensación de cuanto le rodeaba era básicamente auditiva-sensorial. Que cada uno de nosotros somos una melodía de una canción, con notas de colores.
Lo definió algo así como
"Una melodía de colores..."
La espera ha merecido la pena... ;)
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